Quedamos en Osorno, en el restaurante que hay en la entrada. Así, si alguien se retrasa, ¿seré yo?, pues ni pasa frio ni se tiene que quedar esperando en el coche. Como siempre fui yo quien llego tarde y michellangelo ya me estaba esperando en el coche. No se por qué quedamos en un bar. Nos saludamos y como teníamos todo el tiempo del mundo nos dedicamos a tomar un café largo y ponernos al día, mas realizar transbordo de material de su coche a la furgo.
Una vez en marcha y de pensar entre si ir a Santa Gadea o tirar hasta Rozas Michellangelo se dedica a ojear la guía y preguntarme por Resconorio, sitio en el que yo pensaba que él ya había estado y no era así, así que tiramos un poco mas y subimos hasta ese lugar que dicen que se parece tanto al Peak District, claro esta salvando las distancia… de todo tipo.
Llegando a los bloques a Michellangelo ya le resulta curioso que casi es salir de la furgo y ponerse a escalar. Bueno, realmente es al revés, ponerte a escalar y cuando sales de los bloques por arriba te espera la furgoneta. Ni siquiera me dejan tirar los crashpad desde arriba, por si se mojan.
Bajamos con todo para los bloques y nos ponemos a calentar como siempre en los primero bloques que aparece a la derecha según bajas y que salen de tercero, segundo, cuarto grado o algo así, pues el grado es de aquella manera, en fin.
La verdad que es un día intenso y tras un breve descanso comenzamos la ronda con los bloques Esquinas Torres, Coste de oportunidad, Estírate si puedes… todo ello acompañados de buen sol y una brisa que bien disimula el rojillo que va cogiendo la espalda.
A Esquinas Torres se le da unos cuantos tientos, pero siempre queda en un casi y parece que entre unos bloques y otros muchos en el día de hoy iban a quedar en eso, en casi.
Entumecidos nos levantamos el rato de estar el solillo por decir que hay que hacer algo y probamos los 6a que están de frente, con el resultado esperado de que van saliendo pero con un cansancio extraño que no sabes en que bloques se ha ido acumulando, ah si, en todos. Terminamos haciendo la salida de mantel de El Incrustradito para decidir que lo que queda es hacer el tonto y que mejor manera de hacer el tonto que probar de nuevo el Kran. Esta vez con mas decisión que nunca, que tiene que sonar la flauta alguna vez. Un primer peque… cerca. Un segundo pegue… meto los dedos. El tercer pegue a muerte y cuando te quieres dar cuenta suena ese toque característico de que has metido la mano hasta dentro y se queda pegada, así que pongo la otra y espero a Michellangelo en la furgoneta. Ya no quiero bajar mas, por si acaso.
Menos mal que lleváis a este pollo que tira de vosotros y le da vida al blog, que si no, el komando estaba más muerto que muerto...
ResponderEliminarMuy buena la foto tipo futbolista...
Como siempre no cabe decir que estas invitado a participar en nuestras aventuras y probar esas cosillas que a los del Komando 0.0 nos llaman tanto la atencion y de las que cuando podemos escribimos.
ResponderEliminarEnorme papa deivid!!!! que grande estas!!!! ese es tu lance!! ahora a por el mafache...
EliminarEl que si que nos da vida al blog eres tu, Nacho!!! menos mal que te tenemos detras para azuzarnos!!
Uy, yo estoy torpe y lento... No estoy para estas lides... Y además estoy mayor... Eso se puede comprobar facilmente porque siempre estoy gruñendo...
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