jueves, 27 de junio de 2013

HOY TOCA EN SANTA GADEA

_ A ver gañan, bajas o que…
_ No, no, no… que he dicho que no bajo y no bajo, vámonos pa  Santa Gadea.
Dicho y hecho, se recogen las cosas y después de picar un poco tiramos para Santa Gadea. Así mañana amanecemos y pa los bloques… venga ahí el fanatismo.
Desandamos el camino, hasta llegar a Ariza donde tomamos la carretera que nos lleva hasta Santa Gadea y lo que mas le choca a Michellangelo es que a la entrada del pueblo aparece una señal en la que pone eso de que por allí andan “animales sueltos”.
g_DSC0235Ya dentro del pueblo nos es necesario hidratarnos plenamente de un día de esfuerzos y calor dirigiéndonos como polillas a la luz al lugar de mas culto en  cualquier recóndito lugar de esta nuestra España, los bares. La pena es que el de este lar estaba cerrado y no nos íbamos a quedar sin cerveza por lo que vuelta para atrás y a Ariza a buscar una San Miguel. ¿Se pueden decir marcas?, Bueno, me da igual, estamos en Burgos y aquí se bebe San Miguel.g_DSC0259
Después de no solo una y de intercambiar impresiones  con la camarera, una mujerona de tomo y lomo, enfilamos de nuevo para arriba a montar campamento en el  parking junto a los bloques. Calzamos la furgo y a preparar la cena. Michellangelo en lo que se calienta la cena se dedica a su nueva afición que es la fotografía y entre dimes y diretes terminamos con un tecito a la luz de la luna adoptando esta todo su protagonismo. Tampoco tardamos mucho en irnos a dormir.
g_DSC0285A la mañana siguiente limpiando un poco el vaho del cristal se abre a nuestros ojos un momento de esos que hacen parar el mundo. El valle entero aparecegDSC_0118 lleno de bloques por todos los lados, emergiendo de entre las brumas iluminados por el sol con la poca fuerza que le da la mañana. Sin perder la formación se mantienen inertes como legiones de soldados a la espera de una orden, de una arenga  para comenzar la batalla. Cuanta gente daría lo que fuese por contemplar la visión de un campo lleno de moles cada mañana. Cuantas cosas daríamos porque esto se pudiese repetir mas a menudo. Pero hoy estamos aquí y hay que aprovecharlo. Lástima que nuestros cuerpos no se encuentren en las mismas condiciones que la ambición  con la que nos merendaríamos los bloques.
g_DSC0100Después de un buen desayuno y desentumecernos un poco preparamos las cosas y bajamos hasta Zona Cero. Nos dedicamos a ir viendo bloques de la que vamos bajando y nos salimos, adrede,  hasta aparecer en el sector Lanzayemas, un poquito mas allá. La excusa de llegar hasta allí es la de poder vislumbrar un sector impresionante, de bloques que llaman en su conjunto la atención y entre ellos el que yo explícitamente quería ver, el Lance del Dalila. Hay queda enmarcado para no muy adelante, mas bien pronto.
gDSC_0128Volvemos de nuevo a Zona cero e intentamos hacer lo que buenamente nos es posible. Buscamos una placita por detrás de los bloques 2 y 3 donde nos encontramos con bloques de varios grados, desde el quinto hasta el 6c+. Que duda cabe que la verdad sea dicha, nos ha parecido igual de duro un quinto que un “seisce” y siguiendo la tónica del día anterior “aquí todo hay que apretarlo” pero a mitad de pila.
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A Michellangelo siempre se le dan bien los segundos días y va entonándose con bloques como ¿?V+, ¿?6a, ¿?6a+, ¿?6b. En este ultimo llega el tío y me cuenta eso del Flow. Esa teoría de la que nos hemos comprado hasta libros para llegar a entenderla y con sus santos conguitos, un impulso, un poco de flow y se queda montado sobre un “buen pie”, en equilibrio. Lo mejor viene cuando tiene que explicarme como es su flow, el cual he visto y trato de imitar siempre bajo su influjo.
g_DSC0106Después de unas galletas a Michellangelo le llama la atención un bloque de 6c con una salida de mantel de encogimiento total, para tíos cuerpo gladiador como el del compi. Lo prueba una primera vez y se queda a vivir en la salida, como el que se encuentra sentado en la parada de autobús a la espera de unos cuantos, pues pasa el tiempo sin que ceje en su empeño de sacarlo por arriba. Impresiona ver la tozudez con la que se enfrenta al bloque. Le pruebo y voy para abajo bastante mas rápido que Michellangelo. Sera que yo no encontré la parada del bus.
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Es uno de esos bloques que te mina el físico y la cabeza y después de que Michellangelo  le de cierto numero de pegues que le deja tirado por los suelos pasamos a hacer un intento a un lance cercano y a otros bloques de los de que ya ni te levantas, con lo que decidimos acertadamente que la batalla contra los molinos… que no, que son bloques, la damos por perdida. Así que recogemos los bártulos  y tiramos para la furgo para darnos un paseo a lo verano azul por carreteras secundarias de vuelta a casita, que es donde mejor se esta. Por lo menos cuando no se puede escalar mas y ese era caso.
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