ZARZALEJO.

Como un dia  mas quedamos Donatello y yo para acercarnos a echar el dia a algun lugar donde despeus de quince dias no este lloviendo, porque despues de quince dias de vacances solo he podido aprovechar tres para hacer algo. Asi que como nuestro destino era el sur, espero paciente a la llegada de Donatello para tomar rumbo a Zarzalejo.

La verdad que era un dia con muchas ganas de hacer algo, con alma, pero cuando llegamos a Zarzalejo y empezamos a escalar se vio claramente que es de esos dias en lo que si despues de unos cuantos sin escalar te quedas en la cama pues tampoco pasa nada.

Llegando a la placita donde se encuentran la mayoría de los bloques  y ya había algo de gente  y como siempre pasa cuando los grupos son de mas de tres personas huimos hacia otro lugar mas tranqui donde había una travesía guapa y varios bloques dentro de la travesía. Aquí ya vimos que eso de que se tire lloviendo tanto tiempo no es que sea bueno para lo de escalar y sin que sonase a escusa pues como que eso de que los pies no agarraban bien y resbalaban mas de lo normal.

Cuando nos aburrimos de hacer un poco el tonto por allí hicimos una pequeña incursión a la placita por ver si la gente se había movido un poco y viendo que eso no era así nos acercamos  a la parte de atrás por donde se encuentran bloques como La Bisagra, El Peine, o Coco donde estuvimos un buen rato probando unos y otros y sacando nada o ninguno, o muy poco.

Al cabo de un rato bueno de estar dándole a todo lo que parecía que tenia algo por donde agarrar vinieron unos chavales con un perro mas grande que Kala y esta saco el genio husky para ponerle en su sitio y yo a Kala en el suyo, véase atada a alguna piedra que no pudiese desplazar.

Por esta razón y por aquellas de lo negaos que a veces somos para esto del bulder nos movimos un poquito mas hasta otros bloques no muy lejos, aunque ya habiendo asimilado que no era un día para grandes festejos sino mas bien de transito.

Estuvimos probando Easy, Peasy, Olla y Mantel, Brutus y demas ya casi sin mirar los croquis y fotografías que teníamos del lugar. Yo seguía con la sensacion de que todos los bloques me parecían súper duros y estaba claro que no eran los bloques, que era yo, a lo que Donatello siempre saca partido y un poquito de su saber hacer para que mi mal humor aflorase con mas facilidad todavía si cabe.

Aqui Donatello ya empezaba a dar muestras de cansancio por lo que decidimos ir a busca bloques que no desgastasen físicamente y los encontramos por la zona de Las Supernenas donde se puede decir que ya me dejo solo escalando y se dedico a hacer fotografias. Casi siendo este la despedida de un dia extraño en el que ya yendo hacia la furgo no tenia muy claro todavia si iba o venia.