
Hay días en los que no encuentras con quien salir pero no te apetece quedarte en casa. Hay días en los que te quedas en casa y te arrepientes de haberte quedado porque solo haces que esperar a que pase el tiempo… sin mas. Es por ello que aunque te vayas solo hay que salir, hay que buscar otro tipo de sensaciones que junto con mas gente no vas a encontrar. Te pasa esquiando, escalando o simplemente saliendo a correr y rodar un rato.

La cabeza funciona a otro ritmo, solo puedes hablar contigo mismo, en voz alta o en silencio dependiendo de si quieres que te tomen por loco o no. Bueno, realmente dependiendo de si quieres que tu perra te tome por un trastornado mas de dos patas. La otra opción es ponerte a ladrar y emitir gruñidos aunque
Kala también creerá que estas un poco tonto.
Tranquilamente me levanto para desayunar todos juntos, bajo a la guarde para dejar al
Bicho y tomar rumbo a Salamanca.

Hoy me apetece ir a
La Dehesa, disfrutar de conducir hasta ese lugar casi mágico que desde que dejas Candelario te envuelve con sus luces y sombras como quien es engullido por un gigante enorme de verdes colores.
La furgoneta la dejo abajo del todo ya que no se puede subir con ella. Saco un solo crashpad y meto todo dentro para comenzar lentamente a subir por el camino que otras veces hacíamos conduciendo. Me doy cuenta de que nos hemos perdido muchas cosas por el camino solo pensando en llegar rápido arriba y tirar a los bloques. A medida que voy subiendo me dejo querer por los sentidos, disfruto del momento.

Solo se tarda media hora en llegar a los primero bloques del sector Mantra, dejo la colchoneta en eso bloques y comienzo a hacer aquellos bloques que no representan mucha dificultad. Escalar solo no es que te de la misma confianza que cuando tienes a alguien abajo, además hay bloques que me hacen pensar en que si te tuerces un tobillo esta vez hay media hora mas de camino.
No es un día para hablar de grados, es un día para probar todos los bloques aunque no salga ninguno, pero si probarlo todo, un suma y sigue para ir quedándonos con aquellos bloques nuevos que mas llamen la atención… para la próxima.

A medida que probamos y descubrimos bloques vamos haciendo las muescas pertinentes en la guía
http://onbloc.blogspot.com.es/ para ir recordando la amplia posibilidad de problemas que nos deja la zona. Normal que
El Cuco se emocione hablando de la dehesa como un padre de sus hijos. Las posibilidades son inmensas y mas si cabe siendo un lugar en el que mientras en el resto del mundo te mueres de calor allí estas abrigado por la sombra de los arboles y el viento fresco que todavía baja de la sierra. Y si eso parece poco en el momento en el que apetezca algo mas de fresco siempre esta el rio al lado para darte un pequeño chapuzón… si te atreves a meterte mas allá de las rodillas.

Seguimos escalando y manteniendo conversación con Kala, pues un Martes es difícil encontrarte con nadie y metido tan dentro del bosque, el
Sector Acebo es mas profundo si cabe, no esperas que de pronto aparezca una tropa de escaladores fanáticos a salvarte el culo y poder probar esos bloques altos con siete mil colchonetas.
Vamos dejando pasar el tiempo aunque es el tiempo es que pasa solo lentamente, sin necesidad de mirar el reloj te vas dando cuenta de que el día va pasando porque te duelen las yemas de los demos. Todavía no están duras, aunque hoy se han portado. A las seis o así comienzo a recoger para volver a desandar el camino que todavía me depararía una sorpresa mas… cerezas. Están en el mismo camino de la que bajas, pues de la que subía no estaban…seguro. Me lleno de cerezas solo un bolsillo, no hay que ser ambiciosos, me basta para ir entreteniéndome hasta llegar a la furgoneta, comer un pizco y poner rumbo a casa.
Ole, ole y ole!
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