Peñalara, al fin!!

Después de varios meses de espera, por fin se puede decir que nevó, y que mas importante, que había nieve. En la parte negativa, un recuerdo a nuestra querida Kala, que debido a una lesión, va a tener que quedarse en casa mas veces de las que quisiésemos.
El día empezó muy pronto, aunque la noche no fue demasiado tranquila… Con el desayuno listo en la furgo, salimos hacia Segovia, con toda la emoción del mundo y con Mclain aleccionándome todo el rato. Desde La Granja ya había nieve por todos los sitios y una vez que llegamos a Navacerrada, todo estaba cubierto, incluido la carretera. Tras una indecisión por subir directamente o preguntar a la benemérita, una quitanieves nos quito cualquier duda y tiramos hacia Cotos. A medio camino, como no, adelantamos a la quitanieves, pero llegamos a Cotos tranquilamente. Nada mas llegar y debido a la emoción tuvimos que hacer uso de los urinarios públicos…

Mientras nos empezábamos a preparar, llego una excursión de colegio, y Mclain recordó sus años mozos llevando chavalería. Una vez bien pertrechados, alguno con mas peso que otro, empezamos a subir en dirección a la laguna. Los primeros pasos fueron, de pisa así, pisa asa. Luego cogimos ritmo y tras un par de paradas técnicas, llegamos a la laguna.

Una vez allí, y tras un par de fotos, elegimos la pala de nieve para hacer nuestras practicas. Un poco mas arriba y al abrirse un poco las nubes, pudimos ver como las cascadas estaban perfectas. En este momento Mclain se empezó a poner como loco y se maldijo por no poder hacerlas…

Una vez decidido nuestro campo de practicas, Mclain subió a inspeccionar, después bajo, se encordó, me dijo como coger el piolet y tras él subí yo. Con cara de, esto es muy fácil como para encordarse. Pero tras un pequeño resbalón sin importancia, me di cuenta de que aunque fuera nieve polvo, lo peligroso que será en un futuro este asunto. Mientras subía yo, Mclain daba voces del estilo, con cuidado y tal, todo muy de padre. Una vez arriba pude ver como había montado un reenvió y estaba tranquilamente apoyado sobre un pedrusco.

Después una breve explicación de lo que había montado y con la cellisca a tope, empezamos nuestras practicas. Poco a poco fuimos probando diferentes anclajes en nieve. Lo primero de todo, decir que los guantes son un engorro para hacer cualquier cosa, y aquí casi no te les puedes quitar en ningún momento. Lo mejor de todo era que no sentía frio, lo peor que la nieve no estaba para hacer ciertas cosas.

Después de un buen rato, ya tenia tantas historias en la cabeza, que tenia un poco de lio. Pero con un poco de estudio en casa, todo solucionado. Una vez terminamos, nos giramos a las mochilas y cual fue nuestra sorpresa. La pedazo nevada que nos estaba cayendo. Al estar liados y concentrados montando historias, ni nos dimos cuenta de que no había parado de nevar.Al final, faltaba la ultima lección, los crampones. Como hasta ahora todo había ido mas o menos bien. Poco frio, mi ropa funcionaba, no había tramado ninguna, Mclain estaba feliz…. pues ya tocaba. Hacia mucho que Mclain no se calentaba con nadie!

Una vez aposentado en la nieve y con los crampones en la mano, empezó el show. Como no les traía regulados de casa, y tampoco me acordaba de la talla, pues empecé a tomarme mi tiempo en hallar la talla. Mclain se empezó a poner nervioso y tras un rato vimos que mi talla seria mas grande. Aquello empezó a tomar tintes dramáticos en el momento en que, después de 3 aumentes de talla, aquello no entraba. Entonces llego el momento clave del día. ZARRIA!!

Esta palabra, es la que usaremos, a partir de ahora, para cuando algo es la mayor mierda del mundo mundial. Y fue la definición de mis botas, es imposible que unos crampones queden bien en ellas. Para dar un paseo tal vez, para hacer cualquier otra cosa, ni de coña. Para empeorar el asunto, en un determinado momento se salió el antiboot. Ya fue el acabose, Mclain entro en estado de enajenación mental, y después de pensarse muy mucho clavarme el piolet en la cabeza, empezó a tranquilizarse. Tras arrancar el otro antiboot de cuajo y me meterme de mala manera los crampones, salimos zumbando hacia bajo, en medio de una terrible niebla.
 
Una vez cerca de la laguna, pudimos comprobar la cantidad de nieve caída, mas de un palmo. Asique cogimos ritmo de bajada y empezamos a descender. Tras un rato de bajada y ya con mas resguardo del viento entre los arboles, nos pudimos quitar las gafas de ventisca y tomarnos con mas calma el asunto. Ahora Mclain se subía por las paredes, porque la nieve estaba perfecta para esquiar. Si es que todo no se puede!

Llegamos a la furgo y tras quitarnos la nieve y quitársela a ella, comenzamos el regreso. No paraba de nevar y no queríamos comedias. Aunque tuvimos una ultima con un amago de puesta de cadenas, al final todo quedo en nada, y poco a poco pudimos volver a casita. Donde fue llegar y ponernos como el tito a comer.
Esperemos que no sea el ultimo día de nieve… Que tengo demasiadas ganas de volver!!!

P.D.: perdón por las fotos, pero no me aclaro con el editor nuevo... si hacéis clic en ellas se ven mejor