, a todo escalador, se nos viene a la cabeza adherencia y exposición. Y por muchas veces que te lo digan, esa sensación solo la tienes viviéndola. Muchísimas gracias por llevarme
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Primeros pasos |
Empezamos el día a la 6:30 de la madrugada. Y después de un paseo hasta
Renedo a despertar a
Mclain y recoger parte del material. Una vez listos, nos metimos en la niebla y para
Segovia, donde después de perdernos un par de veces, conseguimos dirigirnos hacia
Navacerrada, sin gota de nieve. Desde allí fue fácil llegar a
Manzanares el Real. Tras unas compras de última hora, al parking de
Cantocochino, y allí decidimos lo que serian nuestro primer día.
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Y primeros apretones |
Viendo las horas que eran, decidimos ir al
Cancho los Brezos. Primera sensación cuando ves que en los pasos por debajo del V las chapas están un
poco lejos es, el disfrutar se va a acabar. Como tenía muchas ganas, decidimos que empezaría a escalar yo. Y que empezaríamos por
Se jodió el burilador IV+, donde la primera chapa está un poco alta... Una vez que
Danielo termino con ella, nos fuimos a por
Anonima V+, y después de una breve pelea con la entrada, fue saliendo.
Danielo empezó a dibujar lo que sería un gran día haciéndola al primer pege.
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Típica placa |
Decidimos tomar un descanso, esto en la
pedri es obligado debido a la tensión que sufres por los alejes. Aquí vas a sudar siempre, si hay chapas porque será duro, y si es fácil... no hay chapas. Justo en ese momento llegaron
Polan y
Marien, que venían con la motivación por las nubes, aunque algo somnolientos para ser media tarde. Mientras ellos repetían
Se jodió el burilador, nosotros empezamos a darle a
Mostradores Lopez 6a+. La cosa cambio un poco ya que la entrada es más dura, eso sí una vez pasada, empezada la adherencia y los alejes.
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La primera chapa a tomar por... |
Como habréis podido comprobar no hago más que repetir los alejes, pero es que realmente llega un momento en que tienes que olvidarte del asunto de las chapas y de preocuparte solo por escalar, en su sentido más estricto. En la parte de la escalada, decir que un manco puede escalar perfectamente aquí. Lo más duro es, sin duda, soltar las buenas manos que te encuentras. Ya que la mayor parte del tiempo vas con ellas palpando la roca.
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Todo ordenado y colocado |
Aquí la calentada empezó a salir, y
Polan y
Danielo se dedicaron a probar
El recuperador de caminos 6c. En el cual se dejaron media suela de los gatos, y parte y mitad de las yemas de los dedos. Aunque finalmente sacaron fruto del asunto y se le llevaron para casa con las últimas luces. Antes
Marien consiguió hacer
Moro 6a, y, el cual también hizo
Polan. Finalmente
Danielo hizo
Alfonso 6a, la cual
Marien repitió y yo hice de 2º. Ya que era de
autoprotección y en esas lides no estoy iniciado.
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Apretando regletas |
Esta vía que hice de 2º fue la última que hicimos, con el frontal en la cabeza y con la noche ya cerrada. Las sensaciones cuando escalas de noche son diferentes, ya que aparte de que el frió es más intenso, te centras mas. Supongo que será debido a que solo ves lo que el frontal te muestra y eso hace que sea diferente. Espero poder repetir la experiencia, eso sí, es una vía asequible.
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Fisurote |
Una vez recogimos y comimos un poco, nos lanzamos hacia
Cantoco (como dicen los entendidos) y en un plis estábamos moviendo los coches para dejarlos cerca de lo que sería nuestra morada. Sacamos los hornillos y nos pusimos a cocinar en una de las mesas del bar. Mientras unos tomaban un vinito y otro bebía cerveza. Justo cuando estábamos terminando de cenar, llegaron un millar de personas a cenar en la mesa de al lado. Y al lado de nuestros míseros macarrones, eso sí con tomate natural, aquello olía a gloria.
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Como moló!!! |
Tras una disputada y muy divertida partida al
Mikado, nos metimos en los sacos, ya que empezaba a hacer mucho frió. Una vez dentro del saco y la funda de vivac, decir que se duerme muy bien en la terraza del bar, ya que la uralita te quita toda la escarcha y no hace nada de viento. La noche fue más o menos placida, aparte de los ronquidos de algún oso.
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El Yelmo |
Al día siguiente, sobre las 9 ya estábamos recogiendo nuestras cosas y empezando a movernos. Después del los churros del desayuno empezamos a decidir lo que haríamos ese día. El ambiente en el bar era impresionante, muy montañero y muchas caras conocidas.
Tras un rato de reparto de material, el
Danielo siempre me carga como una mula. Nos fuimos hacia lo que sería nuestro objetivo,
El Yelmo, por la
Ignatius y por la
Walkiria. Nos despedimos de
Polan y
Marien, ellos se iban a por
El Pájaro. Empezamos la subida hacia nuestro destino con muchas ganas, fuimos por el
Hueco de las Hoces. Y entendimos porque casi nadie va por aquí. Nos perdimos, siempre hay que perderse en la
Perdiza. Tras un par de vueltas entre bloques conseguimos llegar al sendero. Más adelante nos dimos cuenta la fácil que era seguir el sendero. Solo hay que rastrear los
puntos morados para llegar hasta
El Yelmo y una vez allí ir a la pared sur, pasando cerca de un buen vivac. Los puntos morados marcan la ruta desde
Cantocochino hasta la cima de
El Yelmo por la trepada de la cara norte.
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Las vistas |
Una vez a pie de vía, y tras recuperar un poco el aliento, nos contaron que había 3 cordadas en la
Walkiria. Así que la decisión fue fácil, empezar por la
Ignatius. Y tras beber un poco de agua y comer algo, empezamos a prepararnos. Una vez listos, dejamos una de las mochilas abajo y subí la otra.
La Ignatius V+, empieza con un primer largo de placa muy tumbada hasta que llegas a un corto muro, donde 3 parabolts y un buen apretón a las regletas, te llevan a un par de cazos para salir del murete y llegar plácidamente a la reunión. Que es de un químico grande. Nosotros debido a la falta de confianza en que hubiera algo bueno, aceramos levemente el último paso.
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Fotaza!! |
Tras llegar yo a la primera reunión,
Danielo empezó con el segundo largo
V, en el que lo peor es la salida, ya que como siempre montarte en la placa es lo más duro. Hay
Danielo saco lo mejor de sí para llegar tranquilamente a la tercera chapa. Y después de esto poco más que contar...
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Emplazamiento de Slackline |
Una vez en el suelo, y tras un rato de reposo, un
pedricero nos alegro la mañana explicándonos porque es malo que las novias escalen. Recogimos y poco a poco, fuimos bajando hacia el coche. Y como íbamos rápido y sin mirar mucho, nos perdimos y terminamos en
la laguna. Un sitio que según nos contaron, unos señores muy amables, es muy difícil de encontrar.
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Gran Cañada(que no autopista...) |
Y de allí, por la
Gran Cañada (no por la autopista, que soy un negado), llegamos rápidamente al coche. Tras dejar una divertida nota en el coche de
Polan, nos fuimos hacia
Manzanares y de allí a casa. El viaje de vuelta fue un poco más pesado debido al abundante tráfico.
Dar las gracias a los tres que hicisteis tan especial esta primera visita a
La Pedriza. Y dar las gracias a
Danielo en especial. Te hace sentir bien que la gente quiera escalar contigo.